Recursos medioambientales

Blog de Santiago Domínguez Martín

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viernes, 22 de febrero de 2013

Aves en la urbe I (pardillo común, estornino negro y cernícalo vulgar)

En el entorno urbano es posible disfrutar también de multitud de especies ornitológicas. Presento aquí una pequeña muestra.
Tan sólo hay que observar un poco para darnos cuenta de que además de los gorriones comunes hay otras especies como el pardillo común que frecuenta parques, jardines y cornisas. En este caso vemos a este macho de pardillo posado en un cable de telefonía.



Los estorninos negros se posan en las antenas y se pasan grandes periodos ejecutando sus cantos de imitación tan característicos. Hay otra especie de estornino no mostrado aquí, el estornino pinto, que es el que se concentra en grandes grupos en invierno en torno a los monumentos, llegando a causar graves deterioros.



También hay depredadores que son muy comunes en la ciudad y en los pueblos, llegando a tener posaderos en antenas y torres de comunicación. Este macho de cernícalo vulgar es un claro ejemplo.







viernes, 15 de febrero de 2013

La Precipitación de final del invierno en la Península Ibérica

Los valores de pluviometría en el mes de marzo pueden tener gran importancia en diversos aspectos relacionados con el medio ambiente como caudales fluviales, niveles freáticos, humedad edáfica, desarrollo de la vegetación, niveles de polen, niveles de contaminación atmosférica e incluso en el riesgo de incendios.
Los modelos de predicción estacional de la precipitación de la Agencia estadounidense NOAA nos indican que la precipitación al final de este invierno en la Península Ibérica tenderá a ser por encima de lo normal.

Fuente: NOAA.más información


Eso significa que las borrascas llegarán con mayor probabilidad al sur de Europa. La facilidad para la entrada de las borrascas atlánticas causantes de las precipitaciones en el sur de Europa tiene una enorme relación con las presiones atmosféricas dominantes. En el estudio de las presiones sobre el área del Atlántico Norte juega un papel fundamental el análisis de la denominada NAO.
La Oscilación del Atlántico Norte (NAO en sus siglas en inglés) consiste en una oscilación atmosférica existente entre el anticiclón subtropical de las Azores y la región de bajas presiones cerca de Islandia. Objetivamente ha sido definida mediante un índice que mide la diferencia de presión en superficie entre Gibraltar y la estación de Stykkisholmur (Islandia).
Este índice plasma la variabilidad de la circulación atmosférica sobre todo el continente europeo y por lo tanto puede ser utilizada también para el estudio de variabilidad atmosférica sobre la Península Ibérica, especialmente en invierno, cuando es más pronunciada.
El estudio de la NAO es de gran importancia, ya que posee mucha influencia sobre los vientos asociados que ejercen un papel determinante en la llegada o no de masas de aire al occidente de Europa, y por lo tanto a sus regímenes de precipitación. Muchos investigadores han identificado la NAO como el fenómeno a gran escala más importante que controla la precipitación invernal sobre el oeste de la Península Ibérica.
Se suele observar, en concordancia con la definición del índice, que los años con índice NAO negativo se corresponden con años especialmente lluviosos sobre la Península Ibérica y relativamente secos en latitudes mayores, mientras que para los años con índice NAO positivo se observa el fenómeno opuesto.
Una NAO positiva quiere decir que la presión en superficie en Islandia es menor que en Gibraltar, se favorecen entradas de masas del oeste en el norte de Europa, y en el sur, donde se encuentra la Península Ibérica, existe una predominancia de vientos del este debido al dominio de las altas presiones. Si la NAO es negativa sucede al revés, en el norte de Europa poseen flujo del este predominantemente y en el sur de Europa dominan las masas procedentes del oeste asociadas a mayores precipitaciones.
Parece ser que en la situación actual del final del invierno predomina la NAO negativa de ahí que los modelos nos indiquen una mayor probabilidad de lluvias en el sur de la fachada atlántica.



domingo, 3 de febrero de 2013

Cormorán grande

Los cormoranes grandes son aves buceadoras que se alimentan de peces tanto en el entorno marino como en las masas de agua del interior. Los cormoranes, sobre todo en invierno, siempre han penetrado en el interior de la Península Ibérica y se han localizado en el entorno de grandes masas de agua como los embalses, ríos y lagunas. Los cambios en el entorno fluvial desde mediados del siglo XX no han hecho más que favorecer la presencia de esta ave. Por ejemplo los embalses les proporcionan un entorno muy adecuado. Por otro lado la proliferación de piscifactorías les ha proporcionado un abundante alimento fácil de obtener. Por esta razón a partir de los años 90 la presencia en la ribera del Tormes ha sido más apreciable.

No parece una ave especialmente bella pero una de las características estéticamente más destacables que tienen los cormoranes son los ojos de intenso color verde.



El cormorán posee un apreciable saco gular que le sirve para almacenar alimento, y sobre todo para refrigerarse en los días de exceso de calor. El saco gular no es más que una extensión de piel algo prominente que surge en la parte inferior del pico de estas aves y que adquiere coloraciones blancas y anaranjada.







Las aves, sobre todo las de entornos acuáticos, poseen una glándula uropígea que segrega un aceite que extienden por todo su plumaje durante el acicalamiento. Esa sustancia les sirve para proteger el plumaje frente a la humedad. Sin embargo se suele afirmar que la glándula uropígea de los cormoranes carece de la capacidad de segregar el aceite necesario para impermeabilizar suficientemente sus plumas. Otros en cambio afirman lo contrario y sí le atribuyen tal función. Lo que yo he podido observar es que las plumas  de cormorán que he recogido en el campo poseen un fuerte olor oleaginoso que me conduce a pensar que sí se encuentran impregnadas por  un aceite.

Los cormoranes se agrupan en dormideros sobre árboles cercanos a las riberas. En el Tormes, sobre todo en invierno, se les puede observar sobre álamos o alisos.
Bajo estos dormideros es apreciable la concentración de guano (excrementos). Los excrementos de cormorán son ricos en Nitrógeno, Fósforo y Potasio, que en exceso puede provocar una eutrofización del suelo bajo los dormideros y afectar al desarrollo óptimo de la vegetación y al equilibrio de las reacciones que los microorganismos realizan en el horizonte más superficial.











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